Es verdad que nuestras mascotas son muy inteligentes y muchas de ellas también sensibles a los cambios, hasta el punto de que una cualquier situación anómala como una mudanza, un viaje o el nacimiento de un bebé podrían provocar en ellas unos verdaderos traumas.
Cualquiera de estas situaciones puede cambiar el ritmo de nuestro felino alterando su comportamiento y causándole por ejemplo hipersalivación o micciones en sitios no habituales.
Para evitar que esto pase, se ha descubierto que no solo las feromonas ayudan a combatir el estrés en gatos y perros sino que también ciertos principios naturales, sin efectos secundarios, son activos contra el estrés.
Uno de estos productos es Calm, una alimentación para gatos que bajo prescripción veterinaria y suministrada al animal desde diez días antes de la situación de estrés prevista y durante dos o tres meses, ayudará a la mascota a superar el difícil trance.
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