jueves, 3 de diciembre de 2009

Malos hábitos en la nutrición felina

Se acerca la Navidad y como cada vez que hay una fiesta, es muy habitual que debajo de la mesa parientes o amigos intenten ganarse a vuestra mascota con pedacitos de jamón, pescado u otro de los manjares con los que solemos alegrar la mesa navideña en estas fechas.

Desafortunadamente, estos gestos de cariño suelen transformarse en problemas para nuestra mascota, ya que tales alimentos no son una nutrición felina adecuada sino todo lo contrario, ya que pueden causarle al animal problemas de varios tipos.

Las disfunciones leves como diarreas o empachos pueden producirse al poco tiempo de haber ingerido alimentos no aptos para ellos, pero también se corre el riesgo de que se produzcan accidentes más graves como asfixia o peritonitis al ingerir, por ejemplo, huesos o espinas de pescado.

Otro problema derivado de esta mala costumbre puede ser que vuestro gato cambie su percepción de los sabores y ya no le valga la comida de gato que le proporcionáis, volviéndose caprichoso y exquisito.

En fin, al cuidar los hábitos alimentarios de nuestra mascota, evitando las malas costumbres, no solo le ahorramos los gramos o kilos de más sino también la posibilidad de padecer problemas de salud a largo y corto plazo.

Alimentación desestresante para gatos

Es verdad que nuestras mascotas son muy inteligentes y muchas de ellas también sensibles a los cambios, hasta el punto de que una cualquier situación anómala como una mudanza, un viaje o el nacimiento de un bebé podrían provocar en ellas unos verdaderos traumas.

Cualquiera de estas situaciones puede cambiar el ritmo de nuestro felino alterando su comportamiento y causándole por ejemplo hipersalivación o micciones en sitios no habituales.
Para evitar que esto pase, se ha descubierto que no solo las feromonas ayudan a combatir el estrés en gatos y perros sino que también ciertos principios naturales, sin efectos secundarios, son activos contra el estrés.

Uno de estos productos es Calm, una alimentación para gatos que bajo prescripción veterinaria y suministrada al animal desde diez días antes de la situación de estrés prevista y durante dos o tres meses, ayudará a la mascota a superar el difícil trance.